jueves, 15 de febrero de 2018

Capítulo 5: Disculpas del Autor

Han pasado muchos años desde que escribí la última entrada de este blog... y.. ¡Qué avergonzado me hallo! ¿Cómo pude ser tan ofensivo e irrespetuoso? Era joven y pensé que era divertida la humillación de personajes ficticios que podían protagonizar aventuras solidarias y con objetivo de concienciar en lugar de ofensivas narraciones que no llevan a buen puerto.

Por eso, he decidido escribir un nuevo episodio de Las Crónicas de Zux, comprometido con los problemas de la sociedad de hoy en día que verdaderamente merecen la atención, como la violencia de género, aunque, personalmente, me aterra más la violencia de número, pues no es lo mismo que te pegue un hombre a que te peguen cinco,


Han pasado muchos años desde que Zux conoció a Potricia, mejor conocida como la dama de mirada distraída. Muchas cosas han cambiado en su vida, pues, recientemente, Zux ha adquirido un ratón inalámbrico para poder seleccionar el siguiente capítulo de una serie sin levantarse de su sillón temático de los pingüinos de Madagascar. No obstante, un suceso inaudito cambió para siempre la visión de nuestro querido protagonista acerca del mundo que habitaba.

Un día un personaje de su nueva serie, Fujitsu No Naku Desuné Pambimboku, dio a entender durante 48 capítulos que era una linda doncella, lo que llevó a Zux a fantasear con ella (A espaldas de Potricia, no obstante, luego se disculpó debidamente), hasta que en el capítulo 49 desveló que se trataba de un señor, un caballero de pelo en pecho. Eso llevó a Zux a cuestionarse seriamente su sexualidad e identidad de género.

Al día siguiente, Zux, completamente decidido a finalmente cambiar la vida que había llevado hasta ahora, se calzó las chanclas, se puso su abrigo de ardilla, y salió de su cuarto al salón, donde Potricia se había caído de la silla y trataba de levantarse en vano, dando vueltas sobre si misma mientras pataleaba y emitía gemidos de desaprobación. Tras hacer palanca con la escobilla del váter, Zux la ayudó a levantarse y fue entonces cuando le confesó lo que sentía: No tenía claro su identidad de género, no sabía si era hombre, mujer u otro, a lo que Potri contestó que no veía ningún problema pues ella (o él) era un hombre. Además un hombre blanco heterosexual, para más inri.



Juntos, investigaron en internet la vía de poner fin a tan enrevesado entuerto. Diría que la búsqueda la hicieron en el portátil de Keroro, la ranita maricona, pero eso es algo ofensivo así que en lugar de eso, lo hicieron en un portátil amarillo con pegatinas de fresas.
Finalmente, encontraron lo que creían que era la solución. Ir al centro habilitado en la Mojomierda para personas que padecen LGTBRMHZTDSPTSKBASCIIZRETICULI, donde finalmente podrían determinar el género (y número) de Zux, y ya puestos de Potricia, y de Benancio, un vendedor de Sandías que se ponía en los mercados de los Jueves y que compartía piso con ellos.

Así fue como se dispusieron a ir, Zux se cambió de ropa y se enfundó en un mono azul de trabajo, sobre el cuál volvió a colocar su abrigo de ardilla pues refrescaba afuera (42º C), al llegar allí, le explicaron que realmente su género era difícil de determinar (Lo cuál trajo a Zux recuerdos de las historias sobre su nacimiento, tras el cuál le ataron tres días y seis noches a la pata de una camilla para determinar de qué especie se trataba), pero que mientras hacían el estudio, Zux podía considerarse de ningún género, y a la vez de todos a la vez. Zux estaba muy contento, pues esa "mañana" se levantó siendo hombre y ahora no era nada, aparte de tener 72 géneros reconocidos y 3 en fase beta.


Así fue como Zux, emprendió una nueva aventura tras su regreso de panchitópolis, en la cuál adoptó el estilo de vida moderno. Cada vez que iba a la panadería y pedía dos baguettes, si se las servían con los picos asomando por fuera de la bolsa él hacía un gesto amanerado, ponía cara de desagrado mientras se echaba la bufanda por detrás del hombro y decía:

- Me ofende.

Cada vez que su ¿Novia? se empeñaba a gritos y puñetazos en los ojos (tanto en los de los que la rodeaban, como en los suyos propios con la esperanza de enderezar el entuerto) en ver una película de princesas Disney (Con las que se sentía identificada), Zux ponía cara de desagrado cada vez que la princesa asomaba en pantalla con sus vestidos y coronas de brillantes, hacía un gesto amanerado y se echaba la bufanda para atrás del hombro y decía:

- Me ofende.

Cada vez que Benancio volvía borracho del Bar a las 4 de la mañana y pillaba a Zux en plena faena viendo Anime de niñas de dudosa legalidad, le bajaba los pantalones y agresivamente le realizaba un sondeo, Zux, mientras se sujetaba con una mano al suelo, ponía cara de desagrado, hacía un gesto amanerado y se echaba el flequillo por detrás de la oreja y decía:

- Me ofende, pero no pares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario